Zaragoza

Zaragoza fue una de las primeras ciudades en responder a la insurrección española contra el Imperio francés iniciada en Madrid el 2 de mayo de 1808. El joven José de Palafox y Melzi, antiguo favorito de Fernando VII, escapó de Bayona y fue proclamado capitán general del ejército. El primer sitio de Zaragoza, que duró de junio a agosto de 1808, terminó con la salida de los sitiadores franceses tras la victoria española en Bailén.

Con la fuerza de esta victoria, las tropas aragonesas partieron, junto con las tropas del ejército de Andalucía, para continuar la guerra contra las tropas francesas. Pero la batalla de Burgos en octubre permitió a Napoleón I evitar la unión de los dos ejércitos, lo que llevó al segundo (y último) asedio de Zaragoza durante la Guerra de España.

Se considera regularmente como una de las batallas más brutales de las Guerras Napoleónicas debido a la extrema lucha callejera que tuvo lugar. El ejército aragonés se encerró con los habitantes de la ciudad y sus alrededores para resistir, como en el primer asedio, pero la ciudad se vio obligada a rendirse al ejército francés después de dos meses.