En tiempos de Napoleón, la botánica y las ciencias naturales experimentaron importantes avances. Se descubrían nuevas plantas y árboles en expediciones científicas y militares, se traían a Europa desde África y Australia, se aclimataban en viveros especiales y finalmente se plantaban en jardines botánicos y privados, que a menudo representaban colecciones de curiosidades botánicas. Los botánicos representaban plantas, flores y árboles con fines científicos, dedicando los nuevos descubrimientos al emperador. Los pintores representaban flores y elementos vegetales en los retratos de Napoleón y su familia, dándoles un significado alegórico y simbólico.

La importancia de las plantas y los árboles también aumentó en los espacios públicos, como parques urbanos y cementerios, y en los bordes de los caminos, donde el Emperador ordenó plantar largas hileras de plátanos y tilos en Francia, Italia y Croacia y a lo largo de las rutas seguidas por sus tropas. Napoleón también contribuyó al desarrollo de la agricultura, ya que el catastro napoleónico permitió comprender mejor la división de los paisajes rurales y los modelos de producción en toda Europa.

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